¿POR QUÉ LA CRISIS DE LA TELENOVELA
MEXICANA?
Parte 6
Daniel Lares Muñoz
LA CREATIVIDAD (EL ESLABÓN PERDIDO)
“Si Shakespeare hubiera conocido la
serie,
probablemente Hamlet duraría ocho temporadas de trece episodios” [1]
La
crisis de la telenovela mexicana es esencialmente una crisis
creativa. Todos los demás factores: la fragmentación del mercado, la irrupción
de la multiplataforma, la contracción de la inversión publicitaria (TV abierta),
los costos de producción y la reputación negativa del género han contribuido
coyunturalmente a agudizar el problema pero no son el meollo de origen de la actual
situación.
La
creación es la acción de crear (producir algo de la nada), la creatividad es la
facultad para crear y la capacidad de creación [2]. Por ello hablamos de una
industria creativa porque parte de estimular la capacidad de creación e
invención para su existencia.
LA DIRECCIÓN DE ESCENA Y LA BRÚJULA PERDIDA
Si
alguien todavía duda del origen creativo de esta crisis, que revise la mayoría
de las producciones de al menos la última década. Incoherencias de tonos,
anarquía actoral (obviando que haya actores), trazos escénicos primitivos y
sobre todo ausencia de la sazón de cocineros con expertise y vitalidad inventiva.
Las
pantallas de hoy evidencian los amarillentos manuales de procedimientos escénicos
de la industria que remiten a quien rige la cosmovisión creativo-artística de
toda obra en producción: el director de escena.
Las
telenovelas de hoy son como el empaque de los jugos más baratos del supermercado:
no importa su presentación ni lo que digan para vender, la gran mayoría de los
consumidores ya advierte que lo que contienen no es precisamente fruta
exprimida ni un sabor orgánico alejado de lo industrializado.
La tecnocracia y el respeto a la
creación
A “La vida en el espejo” (1999) le
debemos la última innovación dramatúrgica y escénica sustancial de la telenovela mexicana
(¡18 años!), no obstante de ser una derivación de “Mirada de mujer” (1997) y de la irregularidad en que incurrió su
realización a partir de su segunda mitad. Lo es incluso sobre las nuevas
“súper-series”.
Resulta
sintomático que en las retransmisiones (2017) por el canal principal abierto de
TV Azteca hayan cortado como con
vocación de jardinero las escenas extendidas de la telenovela, una de las
aportaciones narrativas de la dramaturgia, potenciadas por las innovaciones de
la dirección escénica de Antonio Serrano. [Ver video]
¿Alguien
con sentido común (y gusto artístico) cortaría el flujo de esta extraordinaria
escena? Ni siquiera han respetado la lógica de continuidad en varios capítulos
de la retransmisión. Faltándole el respeto no sólo a la creación original del
autor sino a una de las pocas joyas dramáticas de la casa (TV Azteca).
¿Así trata la televisión mexicana
al legado inventivo de sus
creativos?
So
pretexto de una “edición especial”, no imagino a los de la Paramount fragmentando la escena plot de su clásico “El
Padrino” (Francis Ford Coppola, 1972) en la que Michael (Al Pacino) se
despoja de sus hábitos militares y le dispara a quemarropa al policía corrupto
y al emisario del clan contrario en venganza por el asesinato de su hermano
Sony, en una acción dramática que lo convierte en el nuevo líder de los
Corleone, lo que define la historia y al personaje.
Si
re visionamos un proyecto como “La Vida
en el Espejo”, podemos detectar cómo en su segunda mitad exuda uno de los vicios
reiterativos de la telenovela mexicana: grabar pegados al aire. Se nota. Ello
no demerita la historia original de Bernardo Romero; el elenco principal hizo
carrera y ha pasado la prueba del tiempo y, verbigracia, de las burdas re
ediciones.
El director y la impronta creativa
Actualmente
enfrentamos una gran paradoja: casi todos los directores de escena en ejercicio
son egresados de universidades (algunas del extranjero) e incluso cuentan con
carreras especializadas y mejores herramientas técnicas que otrora, empero la
escena en pantalla no traduce esa “evolución”. ¿Por qué?
No
pretendo desestimar cualquiera de las áreas que intervienen en un proceso de
carácter colectivo. Pero cuando se atestigua en el set esta tendencia snob y se observan los resultados en
pantalla (los únicos válidos) es posible detectar a directores juramentados con formas
inamovibles (la vieja guardia) y a los nuevos que se pierden tanto en los
medios que olvidan el fin. Excepcionales son (los hay) los que no entran en esta inercia. ¿A qué hora crean?
La
lógica supondría que ahora que todos estamos más capacitados, se contrata a los
mejores talentos de cada área de la producción justo para no distraer (innecesariamente)
la labor de quien conduce la cosmovisión artística de la obra.
El mundo al revés: ¿qué al servicio de
quién?
Si
en las producciones mexicanas de hoy (sobre todo en súper series) se están
desacelerando los volúmenes de grabación por día no se debe a la concientización sobre lo creativo sino a las implicaciones técnicas de las nuevas cámaras.
LA MÚSICA, EL DÉFICIT DEL GUSTO
¿Cuáles
de las últimas canciones de telenovela vienen con rapidez a la memoria del
lector? ¿Cuáles de ellas forma parte de su playlist
personal? ¿Cuántos han llegado a los primeros lugares de los Top Charts de la industria musical?
Los
temas de telenovela sintetizan la historia. Han sido interpretados por las
mayores estrellas o mejores nuevas promesas de la canción popular multiplicando
la exposición de cada producción en los diferentes medios y con ello su
publicidad implícita y reiterativa. Aportan tono, color y empatía emocional con
la audiencia.
(El extraordinario soundtrack de Daniel Catán para "El Vuelo del Águila" [1994])
La
música en telenovela también ha sufrido el abaratamiento y la maximización de
utilidades a cualquier costo. Además, se degradó el
gusto con canciones insignificantes e intrascendentes. La música es hoy
víctima del simple intercambio mercantil entre una producción y una disquera o
estrella pop. Se menosprecia su quintaescencia creativa.
Es
cierto que la fragmentación actual en la radio e internet y la falta de
espacios musicales en televisión no ayudan a popularizar una canción. Entonces
con mayor razón se requiere redoblar la exigencia en su calidad y cualidad
creativa.
Quizá en justicia, algunas de las excepciones recientes son las canciones de “La Malquerida” (2014) y “Para Volver a Amar” (2010), del
estupendo remake de la colombiana “El último matrimonio feliz”. El
interpretado por Diana Reyes para “Yo no
creo en los hombres” (2014) y el de Carlos Rivera para “Sin Rastro de Ti” (2016), son ejemplos de acertadas decisiones por
letra e intérprete pero que cargan con la pesada contradicción de su contexto:
arreglos musicales producidos para no trascender. Definitivamente “El diablo
está en los detalles”.
Si la industria de la telenovela abriera sus puertas al
maravilloso caudal que está generando la música
independiente (con extraordinaria calidad), sorprenderían a
su audiencia e impulsarían a los artistas que hoy se demandan.
(Un ejemplo de lo que produce hoy la música indie en Latinoamerica)
LA SÚPER-SERIE: EL ESPEJISMO EN EL
DESIERTO
Para
afrontar la caída de los encendidos, el desprestigio de la telenovela y las
consecuentes pérdidas financieras, la industria ha emprendido medidas
inmediatistas que decantan en un gatopardismo que no facilita la genuina creatividad sino por el contrario, la pretende re-amoldar.
Otra
vez sólo atención a la forma y no al fondo, y (no es augurio sino previsión)
otra vez resbalarán en el mismo barranco y puede ser que más hondo.
Mucho ruido y…
La
llamada “súper serie”, el pretencioso híbrido entre telenovela y serie
anglosajona cuyo referente principal hoy es “El Señor de los Cielos” (Telemundo 2013- ), no nos ha traído
renovación; en todo caso, de forma y
no de fondo, todavía. La industria
parece optar por un nuevo vestuario y maquillaje para auto engañarse haciendo
pasar por sano al paciente enfermo.
Digámoslo claro: si la súper serie viene para elevar la calidad de producción, bienvenida, pero
no será suficiente para superar la
crisis.
Desde
una perspectiva optimista, ha sido una evolución reactiva (que no proactiva) originada en los escritorios
ejecutivos de la industria hermana del mercado hispano de los Estados Unidos
debido a la influencia directa del serial estadounidense que vive su época
dorada.
Por
ejemplo, ¿Qué de nuevo ofrecen “Señora
Acero” (Telemundo 2014- ) o la “Fiscal
de Hierro” (Azteca, 2017) sino
un esquema de fórmula? Cuyo inicio fue catalizado por el boom de “La Reina del Sur”
(RTI-Telemundo, 2011). No desestimo La Fórmula
como una herramienta de la industria para generar certidumbre en el aspecto
comercial y programático. Me parece válido como parte de la ecuación. Recurren a ésta Hollywood y Bollywood.
… pocas nueces
Lo
que sí infiero es que si la producción de ficción dramática seguirá basándose
únicamente en ello (como otrora con el esquema Cenicienta), entonces la industria
mexicana estará confinada a viajar en el estribo del tren de la producción
mundial.
Es
precisamente el caso de la narco-novela o de la ahora socorrida bio-serie (biopic). Cuidado. Comprendamos que es la
historia original la que debe ser
la punta de lanza y todas las demás propuestas las que la acompañen. Entre
ellas, las buenas adaptaciones de remakes,
la fórmula y el spin-off (historia
con personaje derivado de una obra existente).
¿Otro atributo del original?
Además
de la diferenciación intrínseca y la potestad exclusiva sobre los derechos
primarios de una historia, la dramaturgia moderna puede generar, desde el
punto cero de creación, contenidos con vocación para desdoblarse orgánicamente
en las diferentes plataformas existentes y en las que se desarrollen.
El
remake, la fórmula y el spin-off también pueden favorecerse
de un ambiente creativo fértil. Así como la inercia arrastra (bien lo sabemos)
a la involución, la creatividad puede contagiarse para impulsar la evolución. Hagámosla
viral.
Efecto Netflix, similares y conexos
La
llegada de las plataformas Over The Top
(OTT) ha revolucionado radicalmente el statu
quo de la televisión expuesto en esta entrega. No olvidemos que
anteriormente la multiplicación de la oferta de canales, su sofisticación y la
creciente cartera de suscriptores de la TV de paga pavimentaron este camino. No
se originó a partir del arribo de Netflix
como se cree.
Una
audiencia creciente fue accediendo a más opciones y a nuevos referentes, varios
de ellos de mayor calidad. Opciones que empezaron a crear hábitos, targets de naturaleza interactiva que
han crecido con ellos. Subculturas que crean valores añadidos de identificación
y pertenencia generacional. Así como la masificación del televisor (aparato
receptor) sacudió a la industria de la radio y el cine, ahora el internet por
medio de las OTT lo hace con la televisión tradicional.
¿Qué
faltaba? La cesión del poder. De la TV de
programación lineal, estamos transitando a una época no lineal en que ahora es
el televidente el que programa para sí: decide qué ver, cómo, en qué momento y
dónde. Y hay mucho bueno que ver. Falso que la TV abierta morirá pronto, lo
hará en todo caso su programación lineal con la que crecimos y en la que
emergió la telenovela.
La serie estadounidense y su “Golden Age”
De
“Dallas” (CBS, 1978-1991) a “The Sopranos” (HBO, 1999-2007), de “Dynasty” (ABC, 1981-1989) a “Breaking Bad” (AMC, 2008-2013), de “Twilight Zone” (CBS, 1959-1964) a “Black Mirror” (Chanel 4/Netfix, 2012-
), de “Alfred Hitchcock presents” (CBS/NBC,
1955-1965) al prólogo de la actual época: “Twin
Peaks” (ABC, 1990-1991), la serie creada por David Lynch y Mark Frost.
Hoy
varias de éstas teleseries de la llamada “Golden
Age” por publicaciones como el Hollywood
Reporter o Rolling Stone no sólo
son éxitos de audiencia sino que han logrado, lo otrora impensable: auparse en
referentes de culto y respeto en los distintos ámbitos de la opinión; se han
puesto al nivel del cine, el gran faro de realización audiovisual (todavía) de
nuestra era, sin perder el asidero popular. La pantalla chica ni era chica ni una "caja idiota", otro paradigma roto.
La
serie junto con los largometrajes, está disputando el trono de anchor y prime de las OTT más
importantes del mercado mundial. En la actualidad, los mejores artistas y
creativos del mundo desean colaborar con ellas.
En contraste a la telenovela, el único género de ficción
televisiva creado por nosotros los latinoamericanos, no se le ha permitido
correr con la misma suerte.
Lo
que busco exponer, es la notabilísima y constante evolución de la ficción
seriada en la TV anglosajona que incluye con justicia a la producción inglesa. Independientemente
del avance técnico, ¿a qué se ha debido este fenómeno? Lo resumo en una frase: valor a la creación.
En el hecho no en el discurso.
CONCLUSIÓN SEXTA PARTE
En
la edición 89 de los premios de la Academia de Hollywood (Oscar), producciones
de plataformas OTT como “Manchester by
the Sea” de Amazon Studios han logrado colocarse en la vitrina de mayor prestigio de su industria y no sólo debido a la cantidad
ingente de recursos y a sus campañas de relaciones públicas. Atrás podemos
detectar producciones con robustas bases de alto valor creativo y simbólico.
Que conste que no he ahondado en lo artístico.
En
la semana en que este autor escribe el presente artículo, Variety ha dado a conocer la pugna para que Netflix financie y se haga con los derechos de “The Irishman” la nueva súper producción del legendario Martin
Scorsese con Al Pacino, Roberto de Niro y (posiblemente) Joe Pesci encabezando el
reparto [3], ¿he mencionado que la película será sobre gánsteres?
Lo
anterior no sólo huele a clásico sino apunta por revolucionar la dinámica
tradicional de la industria audiovisual en Estados Unidos (y por ende del
mundo) y las estrictas reglas con la que una película puede entrar a disputar
sus más prestigiados premios. Ahora Netflix
busca Oscares, no sólo Emmys.
No
pretendo idealizar ni menospreciar a nadie pero ¿qué proyecto o tendencia al
aire en la industria mexicana podría ser el émulo de estas referencias?
Los
vecinos de la principal industria del espectáculo del mundo (con todo y sus
propios avatares no exentos de riesgos) asientan con regularidad sus propuestas
sobre bases de indiscutible virtud creativa y
(no pocas) también artística. Al poner a
trabajar la innovación de las formas al servicio de esos contenidos, su
estructura puede marcar pautas y consolidar su liderazgo como ninguna otra industria.
En
México mientras tanto, tenemos a productores declarando que la crisis de la tele
ficción se soluciona simplemente… con reducir el número de capítulos de sus
producciones y grabarlas con cámaras de cine digital en formato 4K y de lentes
intercambiables [4]. Ah, y avergonzándose de su propia herencia: la telenovela.
En la siguiente y última entrega de la serie: el contexto y el futuro de la telenovela.
REFERENCIAS:
1. Carrión, Jorge, Teleshakespeare: las series en serio, Editorial Tintable, 2015.
2.
www.rae.es
3.
http://variety.com/2017/film/news/martin-scorsese-netflix-the-irishman-1201995148/
4.http://www.eluniversal.com.mx/articulo/espectaculos/television/2016/05/13/las-amazonas-cabalgaran-en-pocos-capitulos
Foto de apertura: www.lgmobile.cl